El 26 de junio comenzó el taller y se impartió una sesión semanal, siendo un total de cuatro sesiones en la cárcel de Logroño. Se formó un grupo de doce jóvenes reclusos, quienes asistieron de forma voluntaria y con interés.

El objetivo de fundar este grupo es que ellos creen su propio espacio reflexión crítica sobre el concepto de masculinidad tradicional.

Durante la primera sesión se realizaron dinámicas para trabajar el concepto de la identidad y posteriormente se trabajó en sesiones prácticas las consecuencias y efectos negativos que tiene la masculinidad tóxica y se trataron de desarrollar habilidades de empatía, cuidado y gestión emocional.

Se abordó la importancia de las nuevas masculinidades y el por qué hablar de esta temática, ejemplos de las nuevas masculinidades, acciones que las promueven de forma más igualitaria, conceptos relacionados, cómo construir la masculinidad…

En los diferentes encuentros, los jóvenes compartieron sus experiencias personales con el resto y se estableció un vínculo muy fuerte entre ellos, siendo ellos los propios protagonistas del taller. La idea es mantener este grupo en el tiempo y que puedan tener este espacio de reflexión.

Después de la buena acogida por parte de los participantes y teniendo en cuenta la demanda del grupo, se pretende retomar el taller después del verano, además de ver la posibilidad de alargar la duración del mismo a tres meses y abrirlo a un nuevo grupo.