“Empecemos por desbaratar el mito de que el trabajo del hogar y de los Cuidados es un trabajo no cualificado, que por el simple hecho de ser mujer ya lo sabes hacer y no es así, se requiere una fortaleza mental, física, psicológica para desempeñar dicho trabajo, empezar a reconocer el valor que tiene, porque no solo limpiamos casas, también somos parte de la educación de los menores, y como dice una compañera, cuidamos de la memoria de este país […]” (Dolores Jacinto, México).
«Vine desde mi país con mi hija de 3 años porque no tenía de qué vivir allí. Mi hermana encontró un trabajo para mí aquí, en la casa de unos señores, como interna. Cuando llegué, a la señora, en mal estado de salud, la iban a ingresar en una Residencia, y el señor, me pidió que me quedara, que él me iba a tratar muy bien, y que necesitaba que alguien sustituyera a su mujer, que necesitaba a una mujer para estar con él, en todos los sentidos de la vida, y atender su casa. Ese mismo día mi hija y yo salimos de la vivienda» (K. Colombia).
“Ahora mismo solo me pagan dos medias pagas. Sé que me corresponden dos pagas extraordinarias enteras cada año, pero estoy irregular, y si insiste, me van a echar del trabajo. Necesito mantenerlo porque dentro de unos meses podré regularizar mi situación y necesito tener un contrato» (R.G.V. Paraguay).