La pobreza, las desigualdades sociales y económicas, que afectan de forma exponencial a las mujeres y a las personas con discapacidad, son barreras persistentes que impiden la inclusión y el desarrollo pleno de nuestras sociedades. El Tercer Sector trabaja, incansablemente, promoviendo la igualdad de oportunidades, y apoyando a las personas en situación de vulnerabilidad, a través de programas de asistencia alimentaria, acceso a una vivienda digna, educación, atención sociosanitaria e inserción laboral.
Los conflictos bélicos dejan un rastro de devastación y sufrimiento. El Tercer Sector se ha movilizado para proporcionar ayuda humanitaria, apoyo psicológico y recursos básicos a las víctimas de estos conflictos. Nuestras organizaciones trabajan sobre el terreno para ofrecer asistencia inmediata y desarrollar programas de reconstrucción y rehabilitación a largo plazo. La solidaridad internacional y la cooperación entre entidades del Tercer Sector son fundamentales para aliviar el dolor de quienes sufren la violencia y para promover la paz.
La desinformación y los bulos representan una amenaza muy preocupante para la cohesión social y la democracia. El Tercer Sector representa un papel vital en la lucha contra la desinformación, promoviendo la educación crítica a través de campañas educativas y de toma de conciencia, para fomentar un entorno comunicativo inclusivo basado en la verdad y la transparencia.
El ascenso de posiciones políticas extremas representa un reto significativo para la cohesión social, por sus ideologías excluyentes que fomentan la discriminación, el odio y la intolerancia hacia minorías y grupos en mayor riesgo de exclusión. Su crecimiento pone en riesgo los principios democráticos fundamentales y amenaza con erosionar la protección de los derechos civiles y sociales. Frente a esta amenaza, el Tercer Sector desempeña un papel crucial al abogar por la justicia social, promover la inclusión y defender los valores democráticos, trabajando incansablemente para construir sociedades más solidarias, igualitarias y pacíficas.
La emergencia climática tiene consecuencias devastadoras en los derechos humanos, especialmente de las personas en mayor riesgo de exclusión. Las entidades del Tercer Sector somos pioneras en la lucha contra el cambio climático, implantando proyectos sostenibles, promoviendo la conservación de recursos naturales y abogando por políticas medioambientales responsables y ecoinclusivas. Nuestro trabajo es esencial para proteger el planeta y garantizar un futuro sostenible para las próximas generaciones.
En este Día Nacional del Tercer Sector, invitamos a todos los actores sociales: organismos internacionales, gobiernos, empresas, agentes sociales, universidades, medios de comunicación y a toda la ciudadanía, a que se sumen a una alianza global por la justicia social y los derechos humanos. De forma conjunta, podemos enfrentar los desafíos globales con soluciones locales. Solo a través de un esfuerzo colectivo podemos garantizar un futuro donde la justicia social no sea solo una aspiración, sino una realidad tangible para todas las personas. Nuestro trabajo es un ejemplo del poder de la colaboración y la unidad en la creación de un mundo mejor.
Este manifiesto reafirma nuestra convicción de que podemos construir una sociedad en la que todas las personas tengan una oportunidad de prosperar. Que este Día Nacional del Tercer Sector sea un hito en nuestro camino hacia un futuro mejor, marcado por la colaboración, la justicia social, la paz y la defensa de los derechos sociales y humanos.